Una presencia muy poderosa
El recuerdo que guardo de Shantidas, es a la vez el de una voz y una mirada. Un ritmo de palabra. Cuando se leen sus textos, se vuelve a encontrar este ritmo entrecortado de silencios…
En los años setenta, siendo una joven mamá, estaba poco presente en la comunidad y nunca tuve un encuentro personal con él. Pero guardo el recuerdo de una presencia muy fuerte: cuando daba una charla, ¡estaba intensamente presente!