La irradiación espiritual de Lanza del Vasto
Enero 2015, me encuentro en la biblioteca de Tortosa y caigo sobre Pelegrinatge als origens (edición catalana) de Lanza del Vasto. Me maravilla… ¿quién es este hombre? ¡Qué claridad!, ¡qué profundidad, agudeza y transparencia!, signos de vida y de transmisión substancial.
Descubro su vida y obra: ¡un mensajero de paz y de sabiduría universal! ¿Cómo es posible que apenas se le conozca?... y todos sus libros, prácticamente, descatalogados… es indignante, habrá que hacer algo… ¿qué puedo hacer?
Siento que este encuentro no es fortuito: Lanza, como un padre espiritual o como un compañero que no he tenido, ha venido, en un momento decisivo a alentar la continuación de mi propio combate espiritual en tiempos poco propicios. Al fin alguien que hace más llevadera mi soledad de pensamiento, y consolida la realización de mis opciones vitales a contra-corriente, pues, en efecto este hombre habla verdad y proporciona un marco de sabiduría universal a las objeciones que han sido cruciales en mi propia trayectoria vital, en particular la objeción contra el trabajo deshumanizado y contra el progreso técnico en detrimento del humano, haciéndome tomar conciencia que se trata realmente de un posicionamiento no-violento. Como Lanza lo repetía: “primero el Reino de los cielos…” ¿Quién predica y da testimonio de ello en nuestra sociedad?
¡Cuál no ha sido, en efecto, la pérdida de raíces en occidente –como le comentara Lanza del Vasto a Vinôba– para comprender y llevar a cabo un modo de vida no-violento! El mismo Gandhi confesaba que no hubiese sabido cómo predicar la no-violencia en esta parte del mundo supuestamente cristianizada y sin embargo tan poco cristiana.
Es de su fuerza espiritual que sigue irradiando y guiando a todos aquellos que desplieguen sus antenas, de lo que quiero aquí dejar testimonio.
El espíritu de Lanza del Vasto me ha dado signos y alentado más de una vez desde que le conozco llevada por un entusiasmo “fusional” por su obra. Un día, en pleno periodo de intensa lectura de sus libros, y concretamente tras la contemplación de algunas fotos suyas colgadas en internet, una palabra me vino mientras estaba meditando, como caída del cielo: “tesón”. Un vocablo que ciertamente pega mucho con el carácter de Lanza, ¿verdad?, y que tuvo por efecto animarme mucho para mi propio propósito vital (el de fundación de esta casita de salud espiritual, mientras descubría por otro lado, en uno de sus libros, que era el primer caso, después del de las “tribus rurales” como tipo de lugar acorde al Arca).
En otra ocasión, a la triste muerte de mi padre, asustada no de la separación de los cuerpos sino, en general, de la de las almas (entre los amantes del mundo y los del Reino de los cielos), abría el libro recién recibido en su casa de Lanza del Vasto Rien qui ne soit tout (Nada que no sea todo) y caía sobre el pasaje XXV que dice así:
“El testamento de Don Pietro de Scordia, mi bisabuelo, se acaba con estas palabras: “mas lo que también os lego y recomiendo hijos míos, infinitamente más preciosa que todas las riquezas del mundo por muy grandes que sean, es mi devoción particular a la Santísima Trinidad” Fue la única parte de la herencia que me tocara. Pero es la mejor.”
Comprendo entonces que, por encima de los lazos carnales y sus dolores, Lanza señala la necesidad de continuar enfocándose sobre el gran misterio.
Lanza actúa como un padre para todos y nos lega un tesoro.
Finalmente sin duda me guió en el buen momento hacia el nuevo sitio web (justo entre su fecha de su nacimiento y la mía) animándome a proponerme a la Asociación de los Amigos de LDV como traductora del sitio para la versión en español. (¡He aquí la respuesta en toda evidencia a: Habrá que hacer algo… ¿qué puedo hacer? de un año atrás!).
¡Oh, por supuesto, me hubiese encantado tener el privilegio de escucharle de viva voz y cruzar la fuerza de su mirada!, pero el hecho de que pueda estar presente en espíritu no es consuelo menor, al contrario es un hecho de mayor alcance para la humanidad presente y futura.
Lanza del Vasto está presente por siempre jamás. Lanza infunde valor, su palabra aparta demonios y nos pone al trabajo… de la no-violencia, sin excusas, ¡y con paz, fuerza y alegría!