Despertabas las conciencias

Claude Voron (1938)

Potencia de una personalidad. No, Shantidas no era un padrino siciliano, como lo pretendió una antigua compañera después de una dolorosa separación. ¿Algo machista aún así? Tampoco, ¡y menos teniendo en cuenta la cultura de su época! Chanterelle le manejaba fácilmente, ¡era demasiado sensible a los encantos del género femenino como para despreciarla!

¿Autoritario y cortante? Podía serlo. “¡Sois como De Gaulle!”, le lanzó durante una reunión Yvonne, la compañera médico que sabía hacerle frente. Yo mismo me he “anulado” a veces,  discrepando de sus decisiones pero incapaz de oponerme a la potencia de esta personalidad. Su manera hiriente de rechazar a compañeros y compañeras juzgados fuera de “la línea ortodoxa” – ¡sus cartas de ruptura podían ser aterradoras! – podría también llevar a pensarlo; pero le he visto tal amplitud de mirada y tal humanidad frente a situaciones escabrosas que, no, verdaderamente, ¡no tenía nada de un gurú déspota!

 

Exigencia y generosidad. La paradoja de sus reacciones se debía a que era a la vez intransigente para todo lo que tenía que ver con la “pureza de la enseñanza”, las formas y las reglas de la Orden que había fundado y… profundamente respetuoso con las personas y su libertad de acción.

Aborrecía la mezcolanza. Le gustaba decir: “la sopa de cebolla y la crema de chocolate son dos platos suculentos pero la mezcla resulta repugnante” ¡Bastaba a veces con el fallo a un pequeño aspecto de la integridad de la “doctrina” para que perdiese confianza en la persona y que aquello terminase con algún drama!

Extremadamente rígido sobre las formas y los textos que regían la comunidad-madre, aceptaba toda adaptación, y confiaba plenamente en aquellos que eran enviados en misión. Sobre el Larzac, nos dio toda su confianza; nunca hizo ningún comentario sobre nuestro modo de obrar, nuestra vestimenta (no llevábamos el hábito del Arca, cuando le daba tanta importancia), ni sobre la introducción de un tractor… Cuando nos vino a  ver, se sometió a todas nuestras demandas disfrutando como un niño encadenándose para retrasar una posible expulsión nocturna por la gendarmería móvil.

 

Despertabas la conciencia. Shantidas, ¡te debo mucho! Sigues viviendo en mí, pues todo mi ser está marcado por tu enseñanza, por tu persona de ricas facetas, por esta comunidad del Arca, vuestro “hijo” con Chanterelle.

No eres un maestro espiritual, ni siquiera un guía espiritual. ¿Timidez y frialdad que hacían el intercambio íntimo raro y difícil? ¿Pudor que conducía al respeto del fuero interno de cada cual? ¿Más acaso era esto un mal cuando uno ve los perjuicios que pueden hacer algunos gurús o pastores que precisamente no respetan esta zona íntima e inviolable del corazón profundo de cada persona? Despertabas las conciencias: como los profetas, provocabas e incitabas a la conversión, pero dejabas libre a cada cual seguir su camino propio.

No logro separar la enseñanza oral de tu personaje (eras un actor nato), incluso de tu persona, pues vivías lo que decías. Además de los  campamentos, charlas, conferencias, tuve el privilegio de beneficiarme de encuentros con novicios bajo tu dirección y de algunas conversaciones de tú a tú.

 

¿Y la ciencia? Tu enseñanza transformó mi vida, mi manera de hacer y de ser, mi vida interior. Tus escritos siguen nutriéndome. Algunos son un tesoro para mí, inagotable: Umbral de la vida interior, Principios y preceptos del retorno a la evidencia, poemas, plegarias… Otros me gustan menos, el Noé por ejemplo, ¡que no parece sino ver la salvación dentro de un arca separada del mundo y fijada en una forma de comunidad rural que se parece extrañamente a la de la Borie!

Como tuve dificultad en hacer mía tu condena de la ciencia y de las técnicas modernas, lo dije abiertamente. Tu respuesta me pareció digna y aceptable: “todas las civilizaciones tienen una ciencia y técnicas –hacer fuego es una elemental y fundamental. ¡Loco es aquel que piense que uno puede prescindir de ellas como loco sería igualmente aquel que pretende vivir sin nariz! Pero nuestra civilización hipertrofia la ciencia y la técnica. La nariz crece como un tumor cancerígeno: invade el cuerpo entero, ¡y lo estrangula! Nosotros, en el arca, queremos experimentar y mostrar que se puede vivir con una nariz pequeñita a fin de que las demás partes del cuerpo puedan llegar a su plenitud!”

 

El precursor. Hombre de genio, precursor en la acción no-violenta (por un ayuno de 21 días contra las torturas en Argelia en mayo de 1958, y también por la ocupación de la fábrica de Marcoule donde se preparaba en secreto la bomba atómica. Lanza del Vasto lanzó las primeras acciones no-violentas en Francia, con el encuentro interreligioso, el redescubrir una espiritualidad del cuerpo, con la “ ecología” (aunque no usara esta palabra) y una verdadera espiritualidad de la Creación, con el “altermundismo” avant la lettre (simplificación de las necesidades, decrecimiento, necesaria dimensión comunitaria y de servicio en la vida en sociedad…), me desperté en todos estos ámbitos del pensamiento y de la acción que se revelan cruciales para la supervivencia misma de nuestra humanidad. La búsqueda del sentido, la unidad de vida, el acuerdo entre el fin y los medios, entre el dentro y el fuera, entre la vida espiritual y el compromiso social y político, son tesoros que he recibido de ti, no para esconderlos sino para hacerlos fructificar…

Sí, mucho de ti vive en mí, Shantidas, ¡y me constituye! ¡Gracias!