Un pensamiento claro y coherente, abierto a la dimensión espiritual, aunque lógico y preciso tanto en sus conceptos como en su vocabulario. Una metafísica de la Relación fundamentada sobre la gran tradición filosófica, aunque novedosa y demasiado poco conocida.
Los estudios universitarios de Lanza del Vasto no hicieron sino propiciar el desarrollo de un pensamiento muy personal que fue madurando en él desde la infancia.
La intuición maestra que siempre guiaría su reflexión es que la Relación es el principio de cada cosa y el fundamento de toda realidad. Es erróneo pensar que los seres preexisten a sus relaciones: en verdad, todo ser resulta de relaciones y es tejido por ellas. Pues no solamente los seres están enlazados entre sí, sino que cada uno es relación en sí mismo, equilibrio y tensión entre su “dentro”: su esencia íntima, y su “fuera”: su manifestación.
En la vida del espíritu como en la naturaleza, Lanza observa esta polaridad que no es oposición, sino armonía y complementariedad. Así pues, en el hombre, entre sensibilidad e inteligencia hay un equilibrio, una armonía, por encontrar gracias a una tercera facultad que hace su unidad: la voluntad. Tal es la trinidad espiritual, clave para la comprensión de la naturaleza humana, y también de la cultura dentro de la cual se expresa: artes, ciencias, moral y religión.
Este pensamiento triádico no tenía en sus inicios un carácter explícitamente religioso. Al principio de los años veinte del pasado siglo, el joven era más bien incrédulo ¡y muy anticlerical! Pero en septiembre 1925, en la biblioteca de Pisa, la lectura de un pasaje de santo Tomás de Aquino le ilumina. Comprende que su filosofía trinitaria está en profundo acuerdo con el dogma de la Trinidad. De ahora en adelante será un cristiano y católico convencido.
Fe y razón pueden, pues, según Lanza del Vasto, converger en la unidad. Su filosofía no pretende sin embargo sustituir a la teología: si abre caminos hacia el misterio de Dios, es a partir de la inteligencia y sin renegar nunca de ella.
Este pensamiento filosófico se expone en cuatro escritos mayores:
- un informe de final de carrera en 1925, titulado Una concezione dell’etica e del diritto, redactado para su amigo Giovanni Acquaviva (inédito).
- La tesis del doctorado de 1928, leída en la Universidad de Pisa bajo el título Gli approcci della trinità spirituale (inédito).
- Un texto redactado entre 1932 y 1935, titulado La trinità spirituale, que prolongaba y profundizaba la tesis (inacabado e inédito).
- Finalmente, el “libro-maestro” publicado en 1971, la Trinidad espiritual, donde Lanza expone, pero sin desarrollarlas, las ideas esenciales de su sistema.
Podemos sumar a esta lista manuscritos inéditos, numerosos pasajes de los Viáticos, así como Las Etimologías imaginarias, el libro póstumo y algo variopinto donde Lanza estudia la “verdad, vida y virtud de las palabras” y de los conceptos.
Este pensamiento filosófico, hasta el momento desconocido, empieza a ser objeto de investigaciones universitarias en Italia y en Francia.
La tesis de Daniel Vigne, leída en la Universidad de Paris IV- Sorbonne, propone un estudio de este pensamiento en profundidad que ha sido recientemente publicado bajo el título La Relación infinita. La filosofía de Lanza del Vasto, en dos volúmenes: Las artes y las ciencias y El ser y el espíritu.