La filosofía suprema es la doctrina de la Conciliación de los opuestos.

Todo acto de la inteligencia es relación. El amor es relación viva. La ciencia adámica y paradisiaca es inteligencia de amor.

Todo acto del espíritu consiste en poner en relación cada cosa con todas y dentro de cada cosa, el dentro y el fuera.

Ser una trinidad no es el privilegio de Dios, es el hecho de todo ser.

Si todo es relativo, el absoluto se plantea por sí mismo: es la relación.

La cosa es un nudo en la trama universal de las relaciones.

Todo lo que es, está en relación con todo lo que es: tal es la ley fundamental del ser.

La cosa es una estrella de relaciones.

Pensar es seguir el trabajo de la Trinidad en toda la creación: sencillez suprema y maravillosa claridad del más profundo de los misterios.

¡Qué le vamos a hacer si la verdad no es amable!