Henri Gougaud evoca la influencia de Lanza del Vasto en su vida
En el « Monde des religions » de julio-agosto 2018, Henri Gougaud evoca la Peregrinación a las fuentes de Lanza del Vasto. Nos cuenta cómo, a la edad de dieciséis años, el encuentro con esta obra de Lanza fue para él una revelación.
Artículo publicado en las Nouvelles de l’Arche, año 66, n° 3, 3e trim. 2018, p. 64-65, por Georgia Henningsen
Me sorprendo felizmente cada vez que leo o escucho a mujeres y hombres más o menos célèbres de nuestra época evocando la influencia que Lanza del Vasto, nuestro Shantidas, pudo tener sobre el curso de nuestra vida.
Muchos, sobre todo entre los sexagenarios, conocen a Henri Gougaud, el presentador del programa « Camina o sueña » de Claude Viller en France Inter en los años 70, luego letrista de Ferrat, Greco o Reggiani, y también escritor Premio Goncourt en 1977 por Départements et Territoires d'Outre-Mort (Julliard puis Seuil), autor de las Sept plumes de l'aigle(1995), de los Contes des sages soufis (2004), Renaître par les contes (2008) y La clé des cœurs (2017). Sin embargo, este cuentista-escritor ha elegido evocar la Peregrinación a las fuentes de Lanza del Vasto en el Monde des religions de Juillet-Août 2018.
Henri Gougaud creció en el seno de una familia anarquista y nos cuenta cómo a la edad de 16 años el encuentro con esta obra de Lanza fue para él toda una revelación: « Descubro una dimensión que ignoraba completamente. La necesidad de espiritualidad que estaba insatisfecha en mi interior encuentra en este relato de viajes de Lanza, un campo de experiencias propias llamadas a provocar el vuelco del adolescente que soy. »
Todos los valores defendidos por Lanza encuentran una profunda resonancia en su interior: la coherencia entre pensamiento y acción para seguir la vía gandhiana de no-violencia en todos los dominios de la vida, le entusiasmó de cara a sus aspiraciones más elevadas. Su encuentro "in vivo" con Lanza le conmueve profundamente: « Lo que me golpeó fue la dulzura de sus discursos y la atención llevada al otro. »
« Lo que guardo de él un siglo más tarde: un hombre, una voz, un camino a lo largo del río y el descubrimiento de lo que el filósofo Gurdjieff llama « hombres fuera de lo común. »
Seguidamente Henri Gougaud se hizo objetor de conciencia y se adhirió al grupo de apoyo a Louis Lecoin para la obtención del estatuto de la objeción de conciencia (1963).
Destaca la herencia dejada por Lanza : « El arca creció. Existieron comunidades inspiradas por ella. De este despertar espiritual, Lanza del Vasto es claramente el iniciador. Su obra y su mensaje han conmovido e influenciado profundamente a muchos de entre nosotros. »
La única pega que pongo es que parece que hable del Arca en pasado. Nos incumbe, por lo tanto, actuar de manera que todo el mundo sepa que el Arca está bien viva y continúa produciendo sus frutos.