Una movilidad constante que propulsará al autor por los caminos y los mares alrededor del Mediterráneo y hacia la India. Desde todo rincón del mundo, más adelante, será solicitado como conferenciante y testigo. El jefe de comunidad siguió siendo hasta el fin un peregrino.
Dos grandes viajes a la India marcaron la vida de Lanza del Vasto: el primero al encuentro de Gandhi y del hinduismo, y el segundo en la senda de Vinôbâ, su sucesor.
- El primero, de diciembre 1936 a marzo 1938 constituye el relato de la Peregrinación a las fuentes (1943) traducido a muchos idiomas y con una tirada de cientos de miles de ejemplares.
- El segundo, de enero a mayo 1954, es relatado en Vinôbâ o la nueva Peregrinación publicado el mismo año.
Desde su juventud, Lanza había vivido en varias ciudades. Pero después de San Vito, París, Florencia, Pisa, Berlín, Roma, el deseo de “mirar el mundo a los ojos” se intensifica.
En 1933, va a pie de Roma a Bari y empieza a escribir los Principios y preceptos del retorno a la evidencia, un “manual de vagabundeo ascético” donde se revela su gusto por la soledad y la vida errante. En 1935 va en bici de París a Florencia, luego pasa una temporada en Marsella y en Londres antes de tomar en Génova el barco para Ceilán.
En 1938, de regreso de la India, parte hacia Rodas, cruza a pie Turquía, Siria, el Líbano, y llega a Belén el día de Navidad. En 1939, sube por Damas y Beirut hasta Estambul y realiza una estancia en el monte Athos. El relato que hizo de esta gran peregrinación en tierra santa y alrededor del Mediterráneo, está hoy desaparecido.
En cuanto a sus misiones como mensajero de la no-violencia y fundador de comunidades, fueron incontables, especialmente en Italia, España, Portugal, Senegal, Canadá, Estados-Unidos, pero también Sudamérica (Uruguay, Argentina, Colombia, Perú, Chile), Australia y Japón.
“Por doquier de paso y peregrino, sin tregua desnudado por el viento de una gran partida”, este hombre de “cuerpo de rosal seco y piernas de viento” fue un viajero del alma. Los títulos de sus libros sugieren a menudo este movimiento: Umbral, Marcha, Subida, Viático, Retorno… Pero la Peregrinación a las fuentes, sigue siendo su obra maestra como escritor: “el servidor de paz” puso en ella lo mejor de sí.
